Un país repleto de contrastes. Empezando por Viena, su capital, imperial, elegante y llena de palacios que te harán sentir como un verdadero rey. Paseos en coches de caballos y tardes en la Ópera. Si queremos alejarnos de la capital, siempre podremos viajar hasta Innsbruck, situado en el Tirol y conocer más sobre su historia y sus costumbres. O incluso dejarnos eclipsar por los paisaje de Hallstatt, mientras navegamos por su lago.